En este artículo vamos a hablar sobre los trastornos de ansiedad y sus derivados como el pánico, trastorno obsesivo-compulsivo, fobias, estrés postraumático, etc. y cómo el consumo de CBD puede ayudar a mejorar a las personas que lo padecen.
Índice de contenidos
¿Qué es la ansiedad?
Los trastornos de ansiedad son una patología psicológica, que activa de forma extrema el sistema nervioso, generando síntomas emocionales, cognitivos y fisiológicos.
Siempre que se aplique un tratamiento adecuado será posible la mejora de la calidad de vida mediante el control de los síntomas, pero el primer paso es conocer el problema y sus posibles vertientes.
Entre las causas de la ansiedad encontraremos las genéticas y las circunstanciales, que son las provocadas por momentos traumáticos, el consumo de drogas como las anfetaminas o el LSD, o cambios significativos en nuestro proyecto de vida (un ascenso, una ruptura sentimental, un hijo).
Los síntomas físicos que provoca la ansiedad son taquicardias, sudoración, tensión muscular, temblores, mareos, pérdida del conocimiento. En cuando a los síntomas mentales son el bucle de preocupación constante, la fatiga mental, la irritabilidad y los problemas de concentración y de sueño.
La ansiedad se produce como reacción al nerviosismo, al estrés y a la incertidumbre, derivando en angustia y afectando directamente al aspecto funcional de la vida de aquellos que la padecen.
Tipos de ansiedad
Podemos diferenciar varios tipos de ansiedad: El trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, el trastorno de estrés postraumático, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno fóbico y el trastorno de ansiedad social. A continuación vamos a explicar en qué consiste cada uno de ellos:
- El trastorno de ansiedad generalizada es una reacción de nuestro cuerpo, manteniéndonos alerta, ya que un nivel de nervios o preocupación regular puede ayudarnos a realizar nuestras tareas de manera más productiva y eficiente. Pero aquellos que sufren este problema padecen de forma más intensa y fuera de situaciones de tensión tales preocupaciones. Debido a la intensidad constante y su irracionalidad, es complicado controlarlo sin las herramientas adecuadas, lo que deriva en cambios sobre la vida diaria. Normalmente se suele diagnosticar a partir de los 6 meses.
- El trastorno de pánico es una crisis de angustia espontánea que produce ansiedad aguda y extrema. Es un miedo extremo que incluso lleva al pensamiento de muerte y no tiene una causa directa ni forma de prever el siguiente ataque. Hablamos de un modelo que puede llevar a la falta de aire y a la necesidad de hospitalización.
- El trastorno de estrés postraumático se da en personas con secuelas psicológicas fruto de un trauma. Sus síntomas principales son: el desinterés por lo cotidiano, el desapego emocional, la ira explosiva, la irritabilidad, el constante estado de alarma y la vigilancia así como los recuerdos persistentes del suceso desencadenante y las pesadillas.
- El trastorno obsesivo-compulsivo produce pensamientos intrusivos que causan ansiedad y para evitarla realizan ciertas acciones compulsivas o rituales sin tener en cuenta el contexto o las consecuencias que pueda tener.
- El trastorno fóbico es aquel que se fundamenta en un temor irracional y persistente ante un objeto, actividad o situación específicos. Podemos encontrar en este caso la fobia social, un miedo irracional a la interacción social ya sea física, virtual, telefónica.
- La agorafobia es el miedo irracional a estar en espacios abiertos o situaciones que uno no controla y ante las que siente desprotección y vulnerabilidad. El culmen de la agorafobia es el temor a salir de casa.
- También tenemos las fobias determinadas o específicas, como sería el caso de la aracnofobia (el miedo a las arañas) la coglurofobia (miedo a los payasos), el miedo a los espacios cerrados y reducidos sería la claustrofobia, la tanatofobia (miedo a la muerte), la filobobia, por ejemplo el miedo a enamorarse.
En la actualidad, debido a la pandemia, se ha producido un incremento de la demanda de servicios de salud mental, dado que la angustia, la incertidumbre, el desconcierto y la crisis generan un nivel de ansiedad desconocido hasta la fecha. Lo que es primordial es normalizar estos problemas. Es común padecer cualquiera de estas patologías y nadie debería menospreciar estas situaciones, sino apoyar a quien las padece.
¿Cómo puede ayudarnos el CBD?
El cannabidiol es un derivado cannabico, un fitocannabinoide no tóxico con propiedades medicinales tanto físicas como psicológicas que se utiliza para tratar enfermedades tales como la artritis, el síndrome de ovario poliquístico, la ansiedad o la esclerosis. Al no tener efectos psicoactivos ni adictivos se utiliza también para mejorar el descanso. En este caso hablaremos de sus beneficios para la ansiedad.
Una de las principales funciones del CBD es la relajación mediante los receptores CB1 y CB2. Por ello sirve para tratar los síntomas de la ansiedad. Es decir dado que las dosis moderadas de CBD pueden regular el flujo sanguíneo de determinadas áreas del cerebro, éste funcionaría como ansiolítico. Principalmente podemos tratar la ansiedad social y la general.
El CBD ayuda a reducir los niveles de ansiedad generalizada tratando los síntomas como la presión cardiaca, los temblores, o incluso esa sensación tan angustiosa que nos corta la respiración. De cualquier manera hemos de ser conscientes del origen de la ansiedad. Si hablamos de una situación fruto del estrés común tenemos unas condiciones determinadas que dan pie al consumo de CBD, pero si el origen deriva en la necesidad de un tratamiento psicológico el cannabidiol no será la solución, sino una herramienta para controlar el problema. Como ya hemos dicho, si una persona está siendo tratada ya sea por un psicólogo, un psiquiatra o mediante fármacos recetados antes de consumir CBD deberá preguntar a su médico.
El cannabidiol supone una ayuda para aliviar los síntomas del estrés y la ansiedad. No es una sustancia peligrosa ni agresiva dada la ausencia de toxicidad. Simplemente hablamos de tomar precauciones para dar una solución al problema en lugar de ignorarlo.
No podemos prever si padeceremos un cuadro de ansiedad, pero sí podemos prevenirla mediante un estilo de vida activo y saludable. Practicando ejercicio, comiendo sano, cumpliendo con la ingesta de agua diaria, cuidando de nuestras relaciones sociales así como de la relación que mantenemos con nosotros mismos, realizando actividades de relajación y apoyarnos en el CBD como complemento para mejorar nuestro descanso y cuidado personal.
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